quarta à portuguesa - grand-prix da fcb. tiro no pé de nós todos ?

falar da publicidade em portugal invariavelmente passa por falar em prêmios. como não? prêmios lembram edson athayde, pedro bidarra (há outros, claro). bidarra lembra fraturas expostas e muitas outras. fraturas expostas lembram pequenez de um mercado que se quer grande em idéias – e muitas vezes o é - mas que são minorizadas pelos finórios que se acham a maioria e maiorais. moral da história: quem em terra de cego,caolho, não é rei: é imbecil; a exceção de camões.

entrada às participações, artigo do gabriel dreyfus, colunista do ad latina, que até parece provocação maior estando em espanhol. como o discernimento em vosso espírito se anuncia ? semana que vem tem mais. pode ser o vosso. caso não, pior ainda: o meu. posts à redação.

El gran premio de Gráfica del Fiap

“A menudo las buenas intenciones de los altruistas europeos son un insulto a la dignidad de nuestros pueblos”, sostiene Gabriel Dreyfus. En esta columna realiza un análisis histórico de los países involucrados en “Banderas” –campaña que ganó el GP de Gráfica en el Fiap-, plantea por qué no hay ningún europeo y sentencia a la campaña como una hipocresía portuguesa: pocas veces pude ver una campaña más creativa y, a la vez, más hipócrita que la campaña portuguesa que ganó el Gran Premio del FIAP.
La agencia es FCB de Lisboa y el anunciante la revista Grande Reportagem.
Es excelente la idea de expresar los grandes problemas y las pocas soluciones de algunos países mediante los colores y el diseño de sus banderas.
Pero falta la bandera de Portugal.
Portugal, actualmente uno de los países más atrasados de la Unión Europea fue, en el pasado, una de las mayores potencias coloniales y esclavistas del mundo.
Recordemos las banderas que aparecen en la campaña: EEUU, la Unión Europea, la República Popular China, dos naciones latinoamericanas (Colombia y Brasil) y tres africanas (Angola, Somalía y Burkina Faso).
De estas ocho banderas, dos corresponden a ex colonias portuguesas (Angola y Brasil) y una, la de China, con una pequeña porción de su territorio (Macao) que fue colonia portuguesa durante más de 400 años y hasta 1999.
Veamos ahora que dice la leyenda junto a la bandera de Angola: Personas infectadas con HIV, Personas infectadas con malaria y el símbolo en dorado, mucho más pequeño que las franjas negra y roja, representa a las Personas con acceso a cuidados médicos.
Seguramente, la agencia se basó en datos sacados de los websites de Amnesty Internacional y de la ONU.Pero el HIV y la malaria de Angola son sólo consecuencias de una tragedia mucho mayor.
En 1483, cuando los navegantes portugueses llegaron a las costas de la actual Angola, un reino africano estaba en pleno florecimiento y expansión.
Pronto los portugueses iniciaron su comercio de esclavos y la extinción de la cultura local.Durante los Siglos XVI y XVII más de un millón de “angoleños” fueron esclavizados y enviados a Brasil.
La abolición formal del comercio de esclavos en 1836 y la pérdida de Brasil llevó a los portugueses a intensificar y centrar sus intereses coloniales en otros territorios.
Angola incluida.
La independencia de la empobrecida Angola recién se concretó, tras casi 500 años de opresión y saqueo, en 1975 y luego de cruentas luchas entre la guerrilla y el ejército colonial portugués.
Quedó un país miserable y dividido entre el MPLA (apoyado por la antigua URSS y Cuba) en lucha fraticida contra el FNLA y UNITA (respaldados por Sudáfrica, EEUU y Gran Bretaña).
Esta guerra, también fomentada y sostenida por intereses extranjeros contrapuestos, fue la más larga del Continente Africano, costó más de 500 mil vidas humanas, muchos más incapacitados y varios millones de desplazados.
En relación a Angola, seguramente el rojo de la bandera portuguesa (que no aparece en la campaña premiada) debería simbolizar la vergüenza pero no le encuentro ningún significado al verde…
Pasemos ahora a Brasil.
Es trágica y absolutamente cierta la comparación hecha sobre la bandera brasileña: el gran rectángulo verde representa a las Personas que viven con menos de 10 dólares por mes, el mediano rombo amarillo representa a las Personas que viven con menos de 100 dólares por mes, el más pequeño círculo azul representa a las Personas que viven con menos de 1.000 dólares por mes y los minúsculos puntitos blancos representan a las Personas que viven con más de 100.000 dólares por mes.
Salvo que jueguen al fútbol en Europa o canten bossa nova en los más importantes teatros del mundo, no creo que haya descendientes de los esclavos traídos por los portugueses en el círculo azul y menos aún en los puntitos blancos: en Brasil no todos los pobres son negros pero todos los negros son pobres…
Y sólo pueden llegar a ser Ministros de Deporte o de Cultura (popular), simplemente porque casi no tienen acceso a otras actividades que el deporte y el folclore.
El apartheid es mucho más sutil que en Sudáfrica: en carnaval bailan todos juntos, pero después los más oscuritos limpian el Sambódromo y vuelven a las favelas.
No los margina el color de su piel sino la miseria y es sabido que, en las ex colonias, la miseria se acentúa en la misma proporción que el color de la piel.
Ahora repasemos un poco la historia de otro genocidio portugués.
Primero vino la matanza de indios o su sometimiento a una explotación infrahumana.
Gracias a Portugual, los jesuitas también fueron expulsados de la Argentina y la maravillosa Misión de San Ignacio (hoy ruinas de San Ignacio) es un testimonio de lo que pudo ser nuestra América si se la hubiese colonizado con amor y con cultura.
Después llegó la esclavitud de los negros (obviamente todo lo que digo también es aplicable a España y a otras potencias coloniales europeas, pero la campaña “Banderas” es una hipocresía portuguesa).
Al principio, los brasileños no se “independizaron” como el resto de América: en 1822 se proclamó el Imperio del Brasil (con la dinastía portuguesa de los Braganza) y recién en 1889 llegó la República.
La ambición expansionista del nuevo Imperio invadió la Banda Oriental (hoy República Oriental del Uruguay) y entró en guerra con la Argentina (que aún no se había consolidado como nación).
Años después, ahora aliado con la Argentina en una de las páginas más vergonzosas de nuestra historia, en la Guerra de la Triple Alianza (junto con Uruguay) causó el genocidio del pueblo paraguayo.
De más está decir que las Personas que viven con más de 100.000 dólares por mes en Brasil (una exageración de Grande Reportagem) son, en su gran mayoría, descendientes de los colonizadores portugueses y, minoritariamente, hijos de inmigrantes europeos.
Por supuesto, conozco gente altruista que pertenece a la aristocracia del Brasil.
Pero no conozco a ningún gran publicitario negro.
Los portugueses de FCB y “Grande Reportagem” no son racistas con los demás europeos: el único problema que encuentran en su continente (representado solamente por la bandera de la Unión Europea) es que ¡consumen mucho más petróleo del que producen!
No hay ETA, no hay IRA, nunca hubo violación a los derechos humanos por parte de las fuerzas británicas en Irlanda ni atrocidades en los Balcanes y bombardeos sobre Belgrado, no hay mafias en Rusia ni en Francia, ni siquiera en Italia y tampoco existe forma alguna de racismo en todo el Viejo Continente…
Haciendo un poco de historia, ¿acaso Hitler nació en Angola y Stalin en Colombia?
Me repugnan las “buenas intenciones” de los europeos que sólo ven la paja en el ojo del Tercer Mundo: son los mismos que juzgan a los represores argentinos que ellos mismos entrenaron.
Pero volvamos a la publicidad y a la campaña premiada.
“Grande Reportagem” tiene pésima información o miente descaradamente, como ejemplo basta el aviso dedicado a la bandera de la República Popular China: la mayoritaria superficie roja simboliza a los Menores de 14 años que trabajan, mientras que los minoritarios símbolos comunistas, en amarillo, a los Menores de 14 años que estudian.
Hace 50 años los analfabetos representaban el 80 por ciento de la población china, hoy entre los jóvenes y adultos esta cifra se ha reducido al 5.5 por ciento y el 99 por ciento de los niños inician la escuela primaria.
Es cierto que en esta opresiva dictadura totalitaria (ya no se sabe si marxista, capitalista o mixta) no se respetan los derechos humanos (lo cual no se menciona en la campaña premiada ni se denuncia en la ONU).
Pero no es menos cierto que China está en camino de ser la primera economía del mundo y cuando era un país semicolonizado por las potencias europeas el mayor flagelo no era el trabajo de los adolescentes sino el hambre de todos.
En cuanto a Macao, la colonia más vieja de los europeos en China (desde que Portugal usurpó el territorio en el Siglo XVI), hoy tiene una única “industria” que habla del aporte cultural portugués: casinos y prostitución.
No tengo nada en particular contra Portugal, a pesar de todo lo considero un país menos hipócrita que aquel del cual proviene mi apellido: Francia.
La cuna de los derechos del hombre los violó en cinco continentes y en su propio territorio, con la enorme mayoría “colaboracionista” durante la ocupación nazi.
Casi toda Europa es hipócrita y como América Latina aún no tiene su bandera (como la Unión Europea), yo las considero a todas como propias.
Algo que, evidentemente, no apreció el Jurado del FIAP: casi totalmente integrado por latinoamericanos y con mayoría mexicana en su presidenta, los representantes de ese país y los del mercado hispano de los EEUU.
El diseño de la bandera de México no se presta tan bien como la del Brasil para ejemplificar sus grandes desigualdades culturales, sociales y económicas, pero, cambiando a los portugueses por los españoles, a los africanos por todas las culturas indígenas destruidas con sus pueblos sometidos y al Imperio de Don Pedro por el de Maximiliano (a diferencia de Brasil los mexicanos también tuvieron a un gran presidente indígena, Benito Juárez, pero después todo siguió igual o peor), yo me pregunto si el Jurado del FIAP hubiese permitido que se premiara una campaña europea e injustamente ofensiva contra México.
Y ojalá esta nota circule entre los jurados de Cannes y San Sebastián que, espero, hayan leído algo más que anuarios de publicidad.
Gabriel Dreyfus